Los vecinos de Coya (Asturias) denuncian constantes cortes de agua, algunos de hasta tres días

Los vecinos de  Coya empiezan a estar más hartos de una situación que califican como tercermundista. Los cortes en el suministro de agua provocados por las continuas averías sufridas por su vieja traída de medio siglo de antigüedad está azuzando un descontento vecinal que amenaza con estallar en cualquier momento ante la falta de soluciones por parte tanto del Ayuntamiento como de la empresa Aqualia.

La escasez de agua de la temporada estival agrava una situación que se repite con menos asiduidad el resto del año. Los depósitos se vacían y la entrada de aire provoca que la traída, construida con uralita, reviente provocando suspensiones del suministro que se prolongan durante días. La última de ellas, este fin de semana, se prolongó en algunos casos entre el viernes y el lunes, obligando a muchos vecinos a tener que abandonar sus casas en busca de aseo.

Una situación impropia para un pueblo que cuenta con un importante número de habitantes que se multiplica exponencialmente en la temporada estival, fruto de las numerosas casas y hoteles rurales de la zona, así como del retorno durante estos meses de muchos vecinos emigrados a otros puntos del mundo que dicen no reconocer el estado de la tierra que les vio nacer.

Ante este problema, los habitantes de los pueblos de la zona tienen que echar mano de la imaginación y aprender a convivir con la posibilidad de un nuevo corte, sin que ello les quite el sueño. Ya estamos habituados a tener que exprimir el agua que se queda en las tuberías y aprovecharlo para ir al baño, explica la vecina María Elda Redondo, mientras carga en un cubo el poco agua que queda en la traída del contador de su casa.

Otros mientras tanto, aprovechan para ir a las casas de familiares que tienen en pueblos vecinos para poder realizar las labores más urgentes. Vamos a casas del vecino pueblo de Pedrocal porque allí tienen una traída distinta y no tienen estos problemas, indica el vecino de Villabajo, Arturo Fernández, a la vez que pide un esfuerzo a los responsables políticos. Es una necesidad primaria y tienen que responder, apunta un Fernández que confiesa no tomar agua del grifo desde hace ocho años por el evidente empeoramiento de su calidad desde que entonces comenzaran los problemas con la red de suministro.

María Elda Redondo, cargando agua en un cubo, en Coya. 

Texto y foto: lne.es

Los cortes de mas de tres días también los hemos sufrido este verano en Mazarrón, concretamente en el puerto, de viernes por la tarde hasta el lunes, sin que se diera ninguna explicación a vecinos/as, veraneantes ni comerciantes por la molestia y los daños ocasionados en plena temporada alta.